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Si vives en Colombia, especialmente en Bogotá o alguna ciudad del noroeste de Norteamérica te habrás dado cuenta de cómo las últimas 3 semanas han estado acompañadas por largas lluvias y frío intenso. A pesar de que las estaciones no se vivan en todos los países, el cambio climático se refleja cada año con más fuerza en nuestro planeta y no sólo lo hace a través de la temperatura; sino también a través de las emociones.

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¿Por qué sucede esto? Imagínate un lunes por la mañana, son las 5:30 am, suena el despertador, después de un grandioso fin de semana te despiertas bajo un cielo frío y gris que hacen que tus cobijas pesen más de lo normal y a pesar de que a muchas personas les cueste madrugar y sea el primer día de la semana, el clima logra hacer de las suyas interviniendo en tu estado de ánimo y energía corporal.

Estudios hechos por John Grohol a través de Psych Central Social Network, demuestran que las emociones humanas están conectadas sensorialmente a los patrones del clima. En pocas palabras, la depresión, la pereza y la tristeza son más susceptibles a aparecer cuando nuestro cuerpo humano se enfrenta a épocas con días lluviosos y baja temperatura; en cambio, los sentimientos de alegría, tranquilidad, bienestar y energía están asociados a climas cálidos.

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Una de las sustancias más importantes que nos ayuda a combatir este tipo de emociones negativas y mantener los niveles de calcio en nuestra sangre es la Vitamina D, una sustancia que es producida a través de la luz solar. Al igual que los rayos ultravioleta ayudan a generar esta vitamina, también nos ayudan a producir serotonina y melatonina, otro tipo de sustancias que pueden afectar el humor y comportamiento de las personas. Tal como lo explica Courtney Razburg de la Universidad de Vanderbilt, cada vez que nos vamos a dormir, nuestra glándula pineal segrega melatonina, mientras que ocurre esto para poder descansar también se crea la serotonina, este tipo de sustancia contribuye a prevenir la depresión, los problemas de sueño y desórdenes alimenticios.

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Los beneficios que se asocian con vivir en lugares con clima cálido no evaden las advertencias y cuidados que se deben tener con la piel frente a los rayos solares, también las altas temperaturas extremas pueden generar trastornos de comportamiento a través de la deshidratación, insolación y pérdida de concentración.

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Teniendo en cuenta los estudios anteriores podemos concluir que el manejo de la temperatura es un factor importante a tener en cuenta en nuestras estrategias de marketing sensorial y punto de venta, ya que a través de este elemento podemos generar espacios más agradables para nuestros clientes.

Por ejemplo, está comprobado que las personas duran menos tiempo en las zonas frías de los supermercados donde están ubicados los productos básicos de alimentación, por eso encontramos normalmente puntos de degustación para retener más a las personas en aquellos espacios. Por otra parte, las tiendas o restaurantes que ofrecen aire acondicionado en épocas de verano atraen a más clientes, sin embargo; estos cambios extremos de temperatura convierten a las tiendas en resguardos temporales si no se tiene un control adecuado o indicadores de temperatura interior.

Según afirma Rafael Muñiz González graduado social. Máster en Marketing, una de las técnicas que se puede utilizar para aumentar la temperatura en las zonas frías del punto de venta es utilizar espejos, ya que aparte de generar una distracción visual entre los clientes, también ayudan a que rebote más luz y calor producida por la iluminación artificial del punto de venta.

Todo este tipo de técnicas te ayudarán para que tus clientes se sientan mejor y que según los objetivos de marca, puedas manejar el nivel de la temperatura ambiente como un aliado estratégico para tus próximas acciones de marketing sensorial.


Bibliografía

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