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Durante siglos los seres humanos se han relacionado con los animales de manera dominante donde infortunadamente son usados como alimento y fuerza de trabajo. A pesar de que culturalmente se generen vínculos afectivos por animales específicos como los perros y los gatos, existen otro tipo de animales como los caballos que pueden ser una herramienta fundamental para el desarrollo emocional y crecimiento de las personas. Más allá de carreras y marchas en ferias, estos animales pueden estimular y rehabilitar física, cognitiva y emocionalmente a los seres humanos. Su implementación se ha enfocado en tres áreas las cuales trabajan la salud, la educación y el deporte; como cuenta Edith Gross, experta en equinoterapia.

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https://www.pexels.com/photo/close-up-of-horse-nose-282893/

A nivel sensorial existen tres beneficios terapéuticos que se conectan con los pacientes, el primero es la transmisión de calor corporal a través de la piel del caballo, donde se producen temperaturas cercanas a los 40ºC, esto ayuda a distender y relajar el sistema muscular y ligamentos de la cadera, impulsando la sensopercepción táctil a medida que aumenta el flujo sanguíneo y se estimula el sistema circulatorio, lo que beneficia en general la función fisiológica de los órganos internos. A nivel psicoterapéutico el calor emitido por los caballos es un gran instrumento para el área afectiva, posibilitando utilizar la hipoterapia con excelentes resultados en la estimulación temprana.

El segundo beneficio es la transmisión de impulsos rítmicos donde a medida que el caballo se va moviendo se generan impulsos dirigidos al cinturón pélvico, la columna vertebral y los miembros inferiores del jinete. Hay que aclarar que la motricidad de los seres humanos se desarrolla por medio de impulsos en el sistema nervioso central donde desde la periferia se proporcionan estímulos fisiológicos que regulan el tono muscular y se pone en marcha el movimiento coordinado. Estas acciones producen una gama de experiencias sensoriales que permiten la integración de las personas con el animal. La experiencia de ir hacia adelante ayuda a restablecer la confianza en sí mismo, posibilitando que los pacientes sientan nuevas reacciones psicológicas en relación con su cuerpo y su entorno.

A nivel sensorial existen tres beneficios terapéuticos que se conectan con los pacientes, el primero es la transmisión de calor corporal a través de la piel del caballo, donde se producen temperaturas cercanas a los 40ºC, esto ayuda a distender y relajar el sistema muscular y ligamentos de la cadera, impulsando la sensopercepción táctil a medida que aumenta el flujo sanguíneo y se estimula el sistema circulatorio, lo que beneficia en general la función fisiológica de los órganos internos. A nivel psicoterapéutico el calor emitido por los caballos es un gran instrumento para el área afectiva, posibilitando utilizar la hipoterapia con excelentes resultados en la estimulación temprana.

El segundo beneficio es la transmisión de impulsos rítmicos donde a medida que el caballo se va moviendo se generan impulsos dirigidos al cinturón pélvico, la columna vertebral y los miembros inferiores del jinete. Hay que aclarar que la motricidad de los seres humanos se desarrolla por medio de impulsos en el sistema nervioso central donde desde la periferia se proporcionan estímulos fisiológicos que regulan el tono muscular y se pone en marcha el movimiento coordinado. Estas acciones producen una gama de experiencias sensoriales que permiten la integración de las personas con el animal. La experiencia de ir hacia adelante ayuda a restablecer la confianza en sí mismo, posibilitando que los pacientes sientan nuevas reacciones psicológicas en relación con su cuerpo y su entorno.

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Por último a través de la transmisión de patrones fisiológicos equivalente a la marcha humana se pueden tratar disfunciones neuromotoras como la parálisis cerebral, esto se debe a que el movimiento generado por la marcha del caballo queda registrado como un movimiento aislado en el cerebro humano, nuestro cuerpo guarda estos patrones motores y facilita con el tiempo la aplicación real de manera automatizada, posibilitando la transferencia en acciones cotidianas como caminar, trotar y correr. En el área psicoafectiva y pedagógica las personas desarrollan cualidades sociales e integrativas como la comunicación no verbal, la tolerancia, la paciencia y el sentido de responsabilidad.

La posibilidad de desarrollar experiencias motrices y creativas a través del cuerpo y los sentidos han llevado a los pacientes a centrar su interés en el aprendizaje continuo de cada una de sus dimensiones motrices, afectivas, cognitivas y sociales. Esto se ve reflejado en la construcción de programas para el tratamiento de enfermedades mentales y veteranos de guerra, donde se facilita la sanación emocional de los pacientes. Por esta razón te dejamos dos videos que desmuestran el impacto sensorial y emociones positivas que tienen estos animales sobre las personas.


Bibliografía:

 

 

 

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